Por Faustino Salcedo
Filas inmensas, interminables horas de espera, pensamientos tales como “¿Por qué no lo hice antes?”, “sí hubiese venido más temprano ya estaría fuera”. Llega la hora de almuerzo y la espera se extiende, empieza la ansiedad y la preocupación, todavía nada, empiezas a conversar con el que te sigue. Es el primer día de clases del tercer cuatrimestre.
No estás en la sección recibiendo la materia correspondiente, porque te atrasaste, no tenias el dinero, te gusta llegar hasta la primera semana o simplemente el destino quiso fuera así. Secretaría académica se llena, dan números, se agotan, te dicen que vuelvas luego o que mañana se desbloquea el grupo de la clase que te falta.
Ese trágico primer día, para la mayoría se convierte en una semana de idas y vendías a su facultad, pero lo que hacen sus trámites a tiempo o no han tenido problemas con el dinero asisten a clases, vuelven a la rutinaria vida universitaria, no es aburrido ir a clases, lo que sucede es que se vuelve un circulo, un vecindario donde todos se conocen sino por lo menos se han visto alguna vez.
Comenzaron las clases, regresaron los sueños y la carrera por ese pedazo de papel duro el cual te hará alguien en la sociedad, lo que da pasó a que sigas luchando por la superación. Es el primer día del último cuatrimestre y probablemente los que ya se van no tendrán otro primer día de clases al menos no en esa carrera.
Filas inmensas, interminables horas de espera, pensamientos tales como “¿Por qué no lo hice antes?”, “sí hubiese venido más temprano ya estaría fuera”. Llega la hora de almuerzo y la espera se extiende, empieza la ansiedad y la preocupación, todavía nada, empiezas a conversar con el que te sigue. Es el primer día de clases del tercer cuatrimestre.
No estás en la sección recibiendo la materia correspondiente, porque te atrasaste, no tenias el dinero, te gusta llegar hasta la primera semana o simplemente el destino quiso fuera así. Secretaría académica se llena, dan números, se agotan, te dicen que vuelvas luego o que mañana se desbloquea el grupo de la clase que te falta.
Ese trágico primer día, para la mayoría se convierte en una semana de idas y vendías a su facultad, pero lo que hacen sus trámites a tiempo o no han tenido problemas con el dinero asisten a clases, vuelven a la rutinaria vida universitaria, no es aburrido ir a clases, lo que sucede es que se vuelve un circulo, un vecindario donde todos se conocen sino por lo menos se han visto alguna vez.
Comenzaron las clases, regresaron los sueños y la carrera por ese pedazo de papel duro el cual te hará alguien en la sociedad, lo que da pasó a que sigas luchando por la superación. Es el primer día del último cuatrimestre y probablemente los que ya se van no tendrán otro primer día de clases al menos no en esa carrera.
Muy aburrido. No te cuenta nada interesante y menciona cuestiones sin ninguna importancia. Nada se puede rescatar. Hay que empezar a trabajar mucho más en la redacción y la creatividad narrativa
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